Empecé a escribir a la edad a la que James Joyce murió (58). Soy un escritor tardío, tal vez como consecuencia de haber sido un lector precoz. Me interesa la mezcla de géneros, de toda clase de géneros, como forma de hacer literatura. No creo en las fronteras. Aunque sin desmerecerlas, me inclino por la promiscuidad creativa. Me gusta ver a la poesía estirando los brazos en el lecho conyugal de la novela. Y al teatro pasando por allí, levantándose el sombrero, "perdón, me equivoqué de habitación." O al ensayo, tan serio, tan seguro de sí mismo, diciéndole a cada quien lo que tiene que hacer. Me gusta eso, que no haya aduanas ni controles policiales en las esquinas. Esa es la trama de "Pantomima," y de lo que viene (si es que llega alguna vez).
Ver más
Ver menos